Lo vivido y lo contado, el libro de Juanchi González
El periodista y escritor Juanchi González, lanzó su más reciente obra “Lo vivido y lo contado: Relatos de bares”. El libro reúne crónicas y anécdotas tejidas en el espacio íntimo de la mesa de los bares. A través del recuerdo vivo de diálogos profundos con figuras destacadas, la obra invita a recorrer historias contadas desde su particular mirada. Así se combinan café, periodismo y literatura desde Mendiolaza, donde el autor vive desde hace 25 años.
González desarrolló su carrera en los SRT de la UNC y en los diarios Córdoba y La Voz del Interior. Además, fue docente en el Colegio Universitario de Periodismo y ha publicado libros de ensayo y poesía.
Un libro gestado entre charlas y encuentros

Con Atahualpa Yupanqui en la peatonal de Córdoba, momentos antes de recibir el Honoris Causa de la UNC, año 1990. Café, periodismo y literatura desde Mendiolaza
El café no es solo un lugar para disfrutar de una bebida caliente, sino un espacio donde se cruzan historias, pensamientos y vivencias que reflejan la esencia de una sociedad. Inspirado por estas experiencias, surge un libro que combina el arte del periodismo con la literatura, recopilando relatos de personajes notables y anónimos que han compartido su vida y sabiduría en las mesas de bares alrededor del mundo.
El autor, periodista de profesión y amante de los bares, relata cómo estas experiencias dieron forma a su obra. Influido por las palabras de Eduardo Galeano, quien afirmaba que «todo lo que sé lo aprendí escuchando en la mesa de los bares», y del poeta Arnaldo Calveira, quien comparaba los bares con personas que narran más por sus recuerdos que por ellas mismas, el libro cobra vida desde estos espacios de encuentro.
Por décadas, González ha frecuentado bares en Córdoba, Buenos Aires, España, Italia y otros lugares, escuchando historias de mozos, ‘paisanos’ hasta grandes figuras como Jorge Luis Borges, Ricardo Piglia, Atahualpa Yupanqui, o Juan José Sáenz. Estas vivencias se transformaron en relatos cortos y crónicas que combinan el rigor del periodismo con la sensibilidad de la literatura. “He estado haciendo eso durante mucho tiempo, quizá por mi profesión de periodista, escuchando muchas historias y sobre todo recopilando historias detrás de escena. Después de hacer un reportaje nos íbamos con el reporteado o con los amigos a conversar al café, porque pienso que allí se puede hablar de muchas cosas en un café. Allí entra en juego la amistad, entra conocimiento, entran dudas, entran discusiones bien planteadas y con respeto”, relata Gonzáles sobre un proceso que se dio progresiva y naturalmente.
Entre el periodismo y la literatura

Con Jorge Luis Borges en una de sus visitas a Córdoba. Café, periodismo y literatura desde Mendiolaza
González resalta cómo este libro navega entre géneros. Las crónicas, aunque periodísticas, adquieren matices literarios al recrear la realidad desde los recuerdos. «Nunca se cuentan las cosas tal cual fueron», explica, citando a Ricardo Piglia, quien decía que «lo vivido y lo contado no es lo mismo».
Esta fusión entre periodismo y literatura toma inspiración de grandes escritores que fueron también periodistas. El objetivo es presentar historias con la claridad que exige el periodismo, pero con la profundidad narrativa propia de la literatura. “traté de hacer esas crónicas periodísticas, que tienen una realidad muy interesante en el sentido de que se puede trabajar sobre un género que llegue a la gente con claridad. Con la claridad que tiene que tener el periodismo”, remarca González.
El libro reúne una treintena de relatos, algunos basados en encuentros casuales y otros en figuras icónicas. Por ejemplo, recuerda conversaciones con Borges, quien tenía un humor excepcional, o con el escritor español Arturo Pérez-Reverte, destacado tanto por su pensamiento como por su narrativa.
También se exploran vivencias de personajes anónimos, como mozos de bares en Europa o ‘paisanos’ de nuestras tierras, cuya sabiduría y experiencias enriquecieron las páginas del libro.
Influencias significativas
Dos amigos marcaron profundamente la creación de esta obra. Uno de ellos fue José Viñals, poeta cordobés quien vivió en el autoexilio en España, y viajó por el mundo alcanzando reconocimiento internacional, pero permaneció casi desconocido en Argentina. Su costumbre de conversar con extraños en bares motivó al autor a narrar sus propias historias. “Tuvimos una gran amistad y él tenía la costumbre de sentarse en la mesa de los bares y hablar con extraños, y tiene un libro que se llama así, ‘Hablar con extraños’. Eso me motivó a contar mis historias”, relata González.
El segundo fue Emilio Terzaga, quien fuese compañero de González en largas noches de charlas por los bares de Córdoba, y a quien describe como un gran “conocedor de la filosofía, y de la literatura”. Ambos personajes simbolizan el espíritu del café como lugar de aprendizaje y encuentro, vivenciado en primera persona por el autor.
El café: una escuela de la vida
Para González, el café es un lugar mágico donde se cruzan vivencias individuales y colectivas. “La mesa de café, retorno al comienzo, aparte de ser un lugar de encuentro, es un lugar en donde se puede reflejar la vivencia y el pensamiento reinante en determinada sociedad. No es lo mismo un café quizá de París que un café aquí en Córdoba, o la puna, o un café en el sur de la Patagonia. Son muy distintos los relatos que salen allí. La vivencia, el paisaje dicta mucho y las vivencias personales también, las historias personales. El café es donde se aprende mucho, hay hasta tangos que hablan de eso, y hablan bien.” describe González, enfatizando en cómo cada espacio refleja las formas de vida y pensamiento de quienes lo habitan.
Personajes que marcaron la obra

Con Jesún Quintero, tras presentar su libro, en una charla de café en un bar de Córdoba. Café, periodismo y literatura desde Mendiolaza
Entre las figuras destacadas en el libro se encuentra Jesús Quintero, conocido como «El Loco de la Colina». Este periodista español era famoso por su habilidad para manejar silencios en entrevistas, permitiendo que las respuestas revelaran mucho más que palabras. “Él me decía que esa cosa del silencio es porque ante el silencio somos todos inocentes, y él buscaba eso. Entonces esperaba un largo segundo para hacer otra pregunta”, recuerda González.
Este libro no solo es una recopilación de historias, sino un homenaje al café como espacio de encuentro y reflexión. Al narrar las vivencias de personas de distintos niveles y contextos, la obra captura la esencia de las mesas de café en todo el mundo, desde Córdoba hasta Europa. Más que un libro, es un testimonio del poder del diálogo y la magia de los lugares donde convergen vidas e historias. En palabras del propio autor, este libro “es un libro que se piensa a sí mismo, porque deja una estela de modos de pensar de gente de todos los niveles en distintas partes del mundo, fundamentalmente. Refleja lo que es el café en varios lugares del mundo”.
El libro puede adquirirse en “El espejo Libros”, a través de su web con diversas modalidades de pago.
Fotografías gentileza de Juanchi González
Me encantó la nota. Espero pronto leer el libro. Gracias!
Felicitaciones Juanchi González por el libro. A leerlo.