Día de las Infancias en Mendiolaza

El Merendero El Niño y las realidades de los más chicos

Día de las Infancias en Mendiolaza

Día de las Infancias en Mendiolaza

El Día de la Infancias tendrá este año tres celebraciones en nuestra ciudad. El domingo el festejo fue en la Plaza de la Memoria de B° El Talar, organizado por las Comisiones Vecinales, los centro culturales Sayana, La Colombina, Brishantina, Taller de Talleres y la ONG Mendiolaza Viva. El sábado próximo se realizará en el polideportivo el festejo organizado por la Municipalidad. Y este lunes se celebró en el merendero de B° El Perchel. Demendiolaza transmitió desde el merendero, entrevistando a los protagonistas e intentando visibilizar la diversidad de realidades motivo de que el antiguo Día del Niño hoy sea el Día de las Infancias.

 

Batman, la Payasita Anacleta y otros superhéroes

La Payasita Anacleta y Batman en el festejo del Día de las Infancias

Día de las Infancias en Mendiolaza

Cada uno de los 95 niños y niñas se llevó al menos un regalo, hubo choripán, golosinas y juegos. Como todos los años la Payasita Anacleta animó la fiesta y organizó los sorteos. Esta vez estuvo secundada por Batman que entró haciendo flamear su capa sobre las cabezas de los más chicos.

La fiesta fue resultado del trabajo de muchos, además de la Payasita Anacleta y Batman, y también de donaciones de muchos vecinos.

Pero son menos los que sostienen el merendero día por día. Una tarea en la que, todos coinciden, la merienda no es lo más importante.

«Venimos porque es muy lindo, recrean los chicos, comparten, les enseñan – comenta Brenda, una de las mamás que asiste al merendero – No pelean, les enseñan a compartir, y comparten con otros chicos del barrio».

Según explican los protagonistas, los niños y las niñas llegan buscando contención, la pertenencia al grupo, también el juego y la diversión. Pero se van llevándose valores, acuerdos de convivencia y saberes.

Ese es el verdadero trabajo de quienes desde hace más de dos años mantienen cotidianamente El Niño.

Los hacedores

Día de las Infancias en Mendiolaza

Lilian Mayorga

Lilian Mayorga, responsable de Merendero El Niño en diálogo con Demendiolaza

«Cuando se inauguró fuimos viendo las necesidades de los niños que si bien no tendrán necesidades, en el sentido de que tienen un plato de comida, pero sí en las cuestiones de respeto y cuestiones de inclusiones, porque tenemos tipos diferentes tipos de niños. Tenemos muchos adolescentes también hay que saber manejarlos

Al principio decían malas palabras o se peleaban, pero ahora son un amor. Cuando salimos alguna actividad los llevamos solas Mechi, yo y alguna mamá con 45 o 50 chicos que es más o menos lo que viene habitualmente. Todos interactúan juntos. Tenemos actividades diferentes pero están todos juntos porque los más grandes ayudan con los más chicos. A los más chicos se les da alguna actividad, por lo general lo que más les gusta es la masa y pintar. Y  los más grandes colaboran y se sienten contenidos, porque se habla mucho y si hay algún problema lo arreglamos entre todos. Ellos están muy abiertos a poder contar lo que les pasa.

El merendero funciona en mi casa y los chicos vienen todo el tiempo. Si le falta un lápiz vienen a preguntar si tengo, si le falta azúcar vienen a preguntar si tengo. Vienen todo el tiempo y nosotros vamos tratando de conseguir de acuerdo a lo que sabemos que las familias necesitan. Tenemos roperito también, y durante la semana siempre se hace vianda porque la panadería nos trae criollos y entonces yo preparo viandas para todas las familias.»

Mechi Farías

Mechi Farías, integrante del equipo de Merendero El Niño en diálogo con Demendiolaza

«Yo como docente y después Directora del Jardín hace 20 años que estoy en Mendiolaza y vamos viendo el aumento demográfico que ha habido y cómo va cambiando el tema de lo socioeconómico, de la mano con lo que nos está pasando como país. Nosotros no vemos una necesidad extrema de falta de comestible, o de falta de una prenda de vestir, sino que vemos una falta de cómo canalizan nuestros niños sus emociones.

Lo hemos vivido a fin de año, en una previa a Navidad, donde hicimos un trabajo con ellos en el que tenían que dejar un deseo en el arbolito. Quedamos sorprendidos porque el deseo no era la Barbie, el juego, la pelota. Eran deseos de cosas que ellos veían que no les estaba gustando dentro de su seno familia. Por darte un ejemplo «que mi papá y mi mamá no se peleen más», o «que mi papá vuelva a mi casa», o  «que podamos comer todos juntos». No estaban pidiendo comida, estaban pidiendo comer todos juntos.

Cuando se dice «merendero» se entiende que nosotros le damos de comer, porque no tienen. Sin embargo nosotros lo que hacemos es canalizar las emociones en nuestros niños. Al principio veíamos modismos en su forma de hablar o de tratar a otros, conductas agresivas, la falta de respeto al otro, no saber convivir, no tener acuerdos en un espacio de convivencia. En este tiempo hemos logrado que aquí haya acuerdos: no faltarse el respeto, ser solidario con el otro, ser solidario con el más chico. Acá tenemos familias muy numerosas que vienen desde el más grande hasta el más chiquito, no es que el más grande cría el más chiquito, pero acompaña.

Hoy, por ejemplo, en el castillo subieron primero los varones y después, las nenas. Incluso las nenas se categorizaron entre ellas, dijeron «que suban primero las más chiquitas» porque saben que las más grandes tienen otra forma de jugar.
Saben cuál es la importancia del asistir al merendero, que acá hay que pedir permiso, pedir perdón, no decirnos de mal modo las cosas, ayudarnos, colaborar, estar para el otro. Y que todo tiene su beneficio y su premio.»

Fermín Rodríguez

«Aunque hace solamente dos años que funciona el merendero, nosotros hace quince que celebramos el Día del Niño. Lo del merendero surgió durante la pandemia, cuando empezamos a ver la necesidad que había. Siempre nos mantuvimos con donaciones y también recibimos ayuda de la Municipalidad.

El año pasado tuvimos una donación de Beretta, un empresario de Mendiolaza, que nos permitió hacer gran parte del salón en el que ahora estamos. Con eso compramos los materiales, pero todo el trabajo de levantarlo lo pusimos nosotros. Todavía falta, hoy Matías nos trajo una ventana, pero necesitamos  los caños de agua y de cloaca para terminar el baño».

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