Nadie recuerda a Villita y nadie conoce a Pedro Días
La calle que bordea la Casona Municipal, bien podría llamarse la calle del olvido en Mendiolaza. En el cartel indicador lleva por nombre Pedro Días, incluso en Google Maps aparece con ese nombre, pero con zeta final. Ni antiguos vecinos, ni ex funcionarios, nadie conoce a Pedro Días, y adjudican el nombre en el cartel a una confusión con Pedro Diez. Pero la calle Pedro Diez cruza la Ruta Intermunicipal a la altura de B° El Perchel, a 15 cuadras de Pedro Días.
Efectivamente, existe un error. Por ordenanza, la calle que conecta la Av. San José de Calasanz con Av. Malvinas se llama Hernán Enrique Villa, en honor a Don Villa, o Villita como lo llamaban cariñosamente los vecinos. En el homenaje a ese humilde hombre se evocaba a los «seres que han sido ninguneados socialmente».
Quién fue Hernán Enrique Villa
Aunque nunca llegó a plasmarse en un cartel, el reconocimiento póstumo de imponer el nombre de Villa a una calle, pretendía eternizar la memoria de un hombre cuya vida sencilla dejó una huella profunda en el corazón de Mendiolaza.
El proyecto de ordenanza fue presentado y aprobado en 2011, con el objetivo de honrar no solo su memoria, sino también los valores que encarnaba: simplicidad, humildad y una silenciosa bondad. En los fundamentos que acompañaron la ordenanza, se dejó plasmada una remembranza de quien fue Villa, para la posteridad:
“Hace pocos días dejó de existir el Sr. HERNÁN ENRIQUE VILLA que dicho así es muy probable que nadie sepa de quién estamos hablando, lo cierto es que él era conocido por toda la localidad como «Don Villa» para algunos o «Villita» para otros, si bien no puede precisarse a ciencia cierta la fecha en que este personaje se incorporó como habitante en estas tierras, nadie tampoco puede desconocer su popularidad concebida desde el silencio, la soledad, el respeto y su tranquilo, pausado e incesante andar por las calles de nuestro pueblo.
Sabemos que junto al boleto a la eternidad todos pasamos a la inmortalidad con los honores y remembranzas que en vida quizás no se consiguieron y que la separación física despierta tardíamente el reconocer valores, cualidades y generosidad de quienes ya no están entre nosotros y claro está Villa no es la excepción, menos aun cuando él desde el anonimato convivió por décadas entre nosotros sin cosechar en su andar más allá de ese cuzco que lo acompañaba, un lazo afectivo que lo contenga y lo ayude a compartir vaya a saber que cosa que lo destinó a la soledad.
Tampoco es usual que lo pretendido de este proyecto se utilice para seres que han sido ninguneados socialmente o sin relevancia popular, pero cierto es también que la falta de pergaminos sea una característica excluyente para honrarlos post mortem y sobre todo cuando del recuerdo y la memoria de este entrañable vecino, no surgen más virtudes que inocencia, simplicidad y el respeto por todo y hacia todos.
Por lo todo lo poco expuesto, el mejor homenaje si así se entiende es que a Villa quien tomó a las calles de Mendiolaza como su propia casa y que desde allí forjó una marca registrada de la vida sin lo material, no solo hayan sus incansables trancos dejado huellas de su tránsito, si no que alguna lleve su nombre como reconocimiento y devolución de lo que en vida fue su yunta.”
Bajo estos argumentos se aprobó el proyecto de Ordenanza que imponía el nombre de Hernán Enrique Villa a la calle ubicada entre la Avenida San José de Calasanz y Av. Las Malvinas. Sin embargo, la calle nunca fue señalizada como tal. En su lugar, se encuentra el nombre de Pedro Días.
Calle Pedro Diez
La confusión causada por la falta de señalización adecuada de la calle Enrique Villa se acrecienta con el equivocado cartel con el nombre de Pedro Días. Antiguos vecinos y ex funcionarios, nadie conoce a Pedro Días, no se sabe el origen de ese nombre, y no parece estar relacionado con ninguna persona de importancia para la historia de la ciudad. Por eso suele sobreentenderse que el nombre que debería llevar el cartel es Pedro Diez.
Sin embargo, existe otra calle en Mendiolaza llamada Pedro Diez, ubicada en B° El Perchel. Esta calle fue nombrada en honor al antiguo propietario de los terrenos donde ahora se encuentra el edificio municipal.
Los terrenos de Pedro José Diez fueron adquiridos por el municipio tras aprobarse por ordenanza la declaración de interés público sobre estos lotes. En este sentido la ordenanza establecía: “el ámbito que ocupa la municipalidad de Mendiolaza es a todas luces insuficiente para desarrollar adecuadamente su actividad que por otra parte dicho inmueble no es de su propiedad, ocupándolo con carácter precario. Que esta inestabilidad perturba su normal desenvolvimiento haciendo imprescindible y urgente dotar a esta municipalidad de Mendiolaza de un predio que posibilite la instalación de su sede administrativa con superficie cubierta adecuadamente a su destino y un terreno suficiente que prevea una ampliación futura. y considerando:
que se han dado situaciones favorables que posibilitan la concreción de tan anhelada pretensión
- a) La posibilidad de estructura proyectada
- B) Que la municipalidad ha realizado gestiones tendientes a obtener fondos que solventen la adquisición del inmueble indicado en su mayor parte.
- c) Por todo ello el HCD por unanimidad declara de utilidad pública y sujeto a expropiación los inmuebles de propiedad de sucesión de Pedro José Diez».
Cabe recordar que la figura de Don Pedro Diez en Mendiolaza es fundacional. En sus orígenes en Mendiolaza sólo se encontraba la estancia de Don Pedro Diez, donde actualmente se encuentran los padres escolapios. Diez además fue quien donó una de sus dependencias, una casa ubicada en el terreno donde aún permanece la escuela, para que se construyera allí este espacio educativo, conformando la primera institución y uno de los ejes y puntos de referencia para el futuro crecimiento de la ciudad.