Memoria, Verdad y Justicia desde Mendiolaza

Entrevista a María Brogín

Memoria, Verdad y Justicia desde Mendiolaza

 

A 48 años del inicio de la última dictadura cívico militar, se desarrollaron diferentes actos conmemorativos en Sierras Chicas. Se reclamó Memoria, Verdad y Justicia desde Mendiolaza en diferentes actos organizados por la Comisión de la Memoria de nuestra ciudad y las comisiones vecinales. El viernes 22 fue la actividad central en la Plaza de la Memoria de B° El Talar, con teatro, música en vivo y exposición de material de los centros clandestinos de detención. El sábado por la mañana, hubo actos en las plazas de B° Mendiolaza Centro y  B° Valle del Sol.  María Brogín es docente y vecina de nuestra localidad. Su padre fue victima del terrorismo de Estado Hoy, ella es integrante de la Comisión Mendiolaza y militante de H.I.J.O.S.

¿Quién fue tu padre?

– Mi papá se llamaba Raúl Brogin. Él era de la ciudad de Pasco, Córdoba. Era un pueblo chiquitito que está cerca de Villa María. A los nueve años, a su mamá tenía problemas de salud le recomendaron venirse a Sierras Chicas para que estuviera mejor del asma, así que se vinieron al Río Ceballos. Él desde los nueve años va a la escuela de Río Ceballos. El lunes 18 de marzo tuvimos un hermoso homenaje en la escuela Mariano Fragueiro, donde él hizo la primaria, y en la Escuela Mariano Moreno, donde él hizo la secundaria. Hicimos actos en las tres escuelas de Río Ceballos para que las escuelas y la ciudad sepan que a esas escuelas asistieron personas que están desaparecidas. Mi papá cuando terminó la secundaria se fue a estudiar Ciencias Químicas pero no le gustó, él era muy lector, pero no le gustó Ciencias Químicas y no siguió. Se dedicó a la militancia sindical. Él trabajó en lo que sería hoy Renault, que se llamaba Industrias Káiser. Ahí era administrativo, le gustaban mucho los números. Después lo despidieron de la industria porque pretendía que los administrativos y los operarios, digamos los empleados de las líneas, tuvieran los mismos derechos laborales. Lo despidieron de ahí, así que organizó un sindicato de despedidos de SMATA y ahí siguió trabajando. Él era una persona muy católica, muy creyente, por lo cual venía trabajando desde muy chico en  las parroquias de los barrios. Él estaba muy vinculado con la Iglesia tercermundista, era muy cercano a Angelelli. Estuvo muy vinculado con la parroquia de Villa el Libertador. Él se casó con mi mamá en el año ´75 en esa parroquia. Se daba maña para todo. Organizó con unos compañeros, que compraban casas, las remodelaban y las vendían. A eso se dedicó hasta que lo desaparecieron. Él siempre estuvo muy vinculado a la iglesia Católica y al peronismo.

¿Cómo fue su secuestro?

– Él fue secuestrado en Rosario. Tenía 37 años. Lo estaban buscando en Córdoba, y logra escaparse. Era muy ágil, hacía escalada, hacía andinismo, hizo cumbre en el Aconcagua en el año ‘69. Eso hizo que en Córdoba lograra salvarse escapando por los techos, pero tuvo que irse de Córdoba. Se fue a Rosario, que es dónde yo nací, y lo desaparecen el 16 de septiembre de 1977. Yo tenía 5 meses de nacida. Mi hermano es un año mayor que yo, nació en Córdoba y se fue recién nacido a Rosario, en el sentido literal porque tenía 7 días de nacido cuando se fueron para allá. Vivimos en Rosario en distintas viviendas, porque lo estaban buscando y siempre cambiaban de lugar. Él ya el último tiempo estaba militando en Montoneros, hasta que finalmente lo encuentran. Después de que lo desaparecieran, nos tuvimos que ir, y nos fuimos como exilio interno a la ciudad de Choele Choel. Ahí nos alojaron mis padrinos, la hermana de mi papá y su esposo.

No hemos tenido rastro de mi papá. Tenemos todas las denuncias hechas, pero no hemos tenido suerte de encontrar a ningún compañero vivo, que haya estado compartiendo con él. Hay un fusilamiento muy grande en Rosario en Quinta en Funes donde podrían haber fusilado a mi padre, pero en realidad no es nada concreto, es una hipótesis. Porque hay muy poca gente que sobrevivió. Fue en enero del 78 el fusilamiento en Funes, que es donde aparentemente podrían haber fusilado a mi papá y a más de cien desaparecidos de los que estaban en ese momento Rosario.

María Brogín junto a otras personas en Personas en una movilizacion.

María Brogín: «La lucha es en la calle, la lucha es colectiva». Memoria, Verdad y Justicia desde Mendiolaza

¿Cómo viviste el proceso como hija de una persona desaparecida? ¿Cómo se transitó ese camino?

– Mira, yo soy de la organización de H.I.J.O.S, lo he sido desde siempre. Bueno, la mayoría de nosotros, nosotras, tenemos una historia muy similar, de muchos años, de mucho silencio. Como niña, recuerdo la década del ’80, por ponerle una fecha, cuando no hablábamos de nuestros padres, no nos contaban de la desaparición de nuestros padres. No sabíamos mucho, no entendíamos mucho. No se hablaba mucho en casa, en casi todas las familias. Y así nos hemos criado. Pero sí te puedo contar que, de mi primera infancia, me acuerdo de estar festejando que asumió Alfonsín en la calle, con mi mamá. Me acuerdo de marchar con mi mamá, con Familiares (Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas) de  aquí en Córdoba, que no tenemos Madres (Madres de Plaza de Mayo), y con Abuelas. Me acuerdo estar en la Legislatura pidiendo aparición con vida, y la identidad de nuestros hermanos apropiados. Y después ya más grandecita, en la escuela secundaria, yo fui al Carbó toda mi escuela,  empezamos a poder hablar de la dictadura recién en la secundaria. Estoy diciendo, ya en los ’90. Y después de Carrasco, en el año 95 pudimos fundar H.I.J.O.S y demás. Ya desde otro lugar, digamos, ya desde un lugar de verdad y de conocimiento de la lucha y la reivindicación de la lucha de los 30.000.

¿En qué organismos ha militado?

– Y sobre todo, yo he estado en H.I.J.O.S. toda mi vida. Y por supuesto, después, ahora de vieja, como me vine a vivir a Mendiolaza hace 17 años, organizamos la Comisión de la Memoria de Mendiolaza, y también el Parque de la Memoria de Sierras Chicas, que está en Río Ceballos. Aparte, porque mi papá era de Río Ceballos, así que ahí en el Parque de Río tengo un arbolito de mi papá.

¿Cuál es la importancia de que existan estos organismos, y espacios de la memoria?

– Si lo pensáramos en términos históricos, en el mundo han sido los organismos de Derechos Humanos los encargados de mantener viva la memoria y hacer posible los juicios por la verdad histórica, hacer posible que los sitios de memoria sean sitios de memoria. Es decir, que para mí ha sido nodal en la recuperación de la democracia. No solamente los organismos de Derechos Humanos, sino toda la lucha que eso llevó en la mano. Si el Estado no se hubiese hecho cargo de los juicios, si el Estado no se hubiese hecho cargo de los sitios de memoria, sería otra historia. Pero sí, la lucha, la lucha es en la calle, la lucha es afuera, la lucha es colectiva. Si no, es muy difícil construir una sociedad, si pensamos que la sociedad debe ser más justa, más solidaria, más equitativa.

María Brogín: «Mi papá era de Río Ceballos, así que ahí en el Parque de Río tengo un arbolito de mi papá». Memoria, Verdad y Justicia desde Mendiolaza

¿Cómo se vive este 24 de marzo en particular?

–  Venimos pensando desde un lugar de mucha angustia y mucho dolor… haber cumplido 40 años de democracia y estar con un gobierno que es negacionista, que desconoce no sólamente los 30.000 desaparecidos, sino la historia reciente de nuestro país, que tanto dolor nos ha causado y que tanto necesitamos recordar para que nunca más vuelva a suceder. Y principalmente porque sabemos que las dictaduras en Latinoamérica fueron implementadas no sólo por una cuestión ideológica y política, sino también por una cuestión económica que principalmente fue instaurar el neoliberalismo en Latinoamérica y esa instauración es la que sigue vigente. Por eso sigue haciendo falta un aparato represivo en manos del Estado.

Entonces, hoy, no es en términos de militancia política la persecución. Hoy se persigue a los pobres, se persigue a los trabajadores. Es otra forma. Por supuesto que no es lo mismo que la dictadura. Por suerte vamos a sostener la democracia hasta las últimas consecuencias, pero es muy triste que después de 40 años de democracia tengamos un gobierno que empobrece la población, que gobierna para pocos, que no trabaja para la justicia, para la equidad, que no trabaja para la solidaridad, que es lo que hemos venido tratando de enriquecer durante estos 40 años.

¿Cree que se han roto ciertos pactos sociales establecidos desde la vuelta de la democracia?

– Yo pienso que la sociedad es cíclica lamentablemente. Que vuelve a equivocarse y a cometer los mismos errores, y en esos procesos me parece que en nuestro país no hemos aprendido a valorar los gobiernos que trabajan. Por supuesto, sin desconocer que todos los gobiernos han tenido un montón de defectos. Que la corrupción es un problema, con nuestros sistemas de gobierno en nuestro país en particular y en el mundo. Pero reconociendo que hubo gobiernos que han trabajado para la mayoría de la sociedad, que han trabajado para mejorar la justicia, para mejorar los derechos laborales, para mejorar las condiciones de vida de la población y garantizar derechos mínimos de vivienda, de educación pública.

Me parece que la sociedad no lo ha valorado. Me parece que los que no hemos sido conscientes políticamente toda nuestra vida, hemos subestimado la necesidad de insistir más en esto que pensábamos. Yo también creo que soy una ingenua, en el sentido de pensar que hay cosas que ya no hacía falta discutir. No podemos discutir que la mejor forma de gobierno que conocemos es la democracia. Que son innegociables los Derechos Humanos. Para mí y para mis colectivos, eran temas que estaban resueltos, pero claramente no. Claramente la sociedad piensa distinto. Pienso que es una generación de gente más grande, que a lo mejor estuvo silenciada, y no valorando la democracia y los Derechos Humanos como base de una sociedad. Y también creo que esas generaciones más jóvenes que no han conocido ni saben lo que es construir de manera colectiva, lo que es contar con la comunidad, lo que vale la sociedad en ese sentido. Tampoco los puedo juzgar. Digo, no estoy acusando a nadie. Es el mundo actual, estamos en un mundo que nos está exigiendo que seamos individualistas, egoístas, que trabajemos para nosotros mismos. Dicho de nuevo, el éxito del neoliberalismo, su triunfo en el mundo no solamente es nuestro país. Y esos son los costos que tenemos. Más pobreza, más desigualdad, más desocupación.

María Brogín leyendo el documento durante el acto por el Dia de la Memoria de este año.

María Brogín: «La verdadera discusión es si creemos que el Estado es un Estado de derecho o no». Memoria, Verdad y Justicia desde Mendiolaza

¿Cómo se interpela a las generaciones ya nacidas en democracia?

– Tenemos gente de 40 años ya, nacidos en democracia, y que no tienen ni idea, no dimensionan. Los organismos de Derechos Humanos venimos haciendo charlas desde hace 40 años, los sitios para la memoria por supuesto que también ayudan, pero eso no es suficiente. Yo conozco muchísimos adolescentes, jóvenes y no tan jóvenes, que están muy comprometidos con una sociedad más justa y solidaria. Pero ¿son la mayoría? y… capaz que sí. Pero no es suficiente. Hay un montón de jóvenes que no conocen lo que es lo colectivo, lo que es una construcción horizontal, que no conocen el trabajo con el otro, en cualquier sentido de la palabra. En comedores, en huertas comunitarias, lo que haga falta. Pero esto de encontrarse con el otro, de estar, compartir y construir juntos, es otra mirada de la vida. Nosotros vamos a seguir insistiendo, y hay que redoblar la apuesta porque claramente estos 40 años no nos han alcanzado. Hay que redoblar la apuesta para que los jóvenes que ya son conscientes de la importancia de la construcción colectiva, de trabajar por un país justo solidario, como intentaron construir los 30.000, puedan hacerlo. Hay que multiplicar no hay otra posibilidad.

¿Por qué cree que cada 24 de marzo, hay quienes discuten el número de desaparecidos? ¿Porqué cree que no se discute el terrorismo de estado en sí, sino que se cuestiona la cantidad de desaparecidos?

– El número 30.000 desaparecidos es un número muy simbólico en la historia de nuestro país. Entonces discutir la verdad en términos de números es lo más fácil que tienen. En realidad, lo que están discutiendo, el debate que viene por debajo de la discusión de que no son 30.000, es en realidad discutir los dos demonios. Que fue una discusión que tuvimos en los ’80. Es decir, esto de que el Estado sea el que reprima cuando hay organizaciones armadas. Entonces es otra la discusión. En estos 40 años hemos tratado de construir desde los organismos y de la sociedad a base de luchas que nunca tengan que ver con el odio, que siempre tengan que ver con hacer  justicia de parte del Estado. Jamás ha sido una cuestión que tenga que ver con la violencia. Pero que el Estado sea el que decide exterminar a la sociedad por lo que piensa, por lo que le conviene económicamente. Y que el Estado sea avalado y financiado por las empresas multinacionales. Y que sea además organizado y educado por Estados Unidos, y de eso hay pruebas de sobra en toda Latinoamérica de cómo fue digitado el Plan Cóndor y cómo eso fue instaurado en toda América Latina. Es decir que en ese sentido el número es solo una excusa, habla de discutir el orden simbólico y no hablar de la verdadera discusión que es si  creemos que el Estado es un Estado de derecho o no.

 

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