Instrucciones para tocar el timbre
Golpear las manos, que los perros ladren, tocar la bocina, las formas que anuncian que hay alguien llegando a casa fueron variando con el crecimiento de la ciudad. Fueron apareciendo las campanas y algunos timbres. «¿Qué nos dicen los timbres sobre los habitantes de una casa? ¿Qué les decimos a los visitantes con nuestro pulsador?» se pregunta Diego Tachella Prado en su invitación a mirar los timbres desde Mendiolaza.
Diego Tachella Prado, es vecino de Mendiolaza, lugar que eligió para vivir desde hace 11 años. Es licenciado en Psicología, Magister en Psicología Clínica, docente e investigador. También ha escrito numerosos artículos, y colaborado con diferentes medios de comunicación. En esta oportunidad, nos cuenta sobre un libro publicado hace tiempo, pero cuyo proyecto continúa hasta el día de hoy: Instrucciones para tocar el timbre. Un proyecto que nació para convertirse en fotolibro, y que hoy vive en las redes sociales.
Cómo nace Instrucciones para tocar el timbre

«Los cambios en nuestra sociedad se reflejan en los timbres». Mirar los timbres desde Mendiolaza
– Este proyecto de fotos empezó como un relevamiento cuando vivía en la ciudad de Córdoba y por no tener patio salía a caminar con mi hijo que en ese entonces era pequeño y los celulares ya traían cámara. En un principio me encontré con el anacronismo de los buzones y me pareció una idea muy interesante como los buzones iban cambiando de lugar y tenían nombres como «cartas» cuando todo lo que se recibía impreso y por correo eran impuestos o publicidad. Ahí empecé a notar, al caminar lento al ritmo de un niño de un año, algunos detalles que habitualmente se me pasaban por alto. Y es que en Barrio Alberdi había una epidemia de alguna afección que dejaba sin funcionar a los timbres, obligando a los propietarios a redactar apresuradas notas que informaban al visitante cuál era el modo adecuado de anunciar su visita. Eran verdaderas instrucciones para tocar el timbre. Cuando digo una epidemia me refiero a que encontraba decenas de timbres porteros que, de una forma u otra, indicaban cómo debía hacer alguien que quisiera anunciar su presencia en la puerta, ya sea de la casa o del edificio.
Este relevamiento me llevó a notar que los cambios en nuestra sociedad se veían impactados es decir que se reflejaban en los timbres. Por ejemplo, una casa antigua de las llamadas casas chorizos que habitualmente eran unifamiliares, que podrían haber pasado a ser una pensión donde se alquilaban habitaciones, ahora presentaban ramificaciones de pulsadores con indicaciones extrañas para que el visitante pudiera reconocer cómo anunciarse ante la familia que, conviviendo con otras familias, ocupaba una fracción de lo que antes fuera la vivienda de una sola familia. Otro aspecto que me llamó la atención es cómo la inseguridad obligaba a poner rejas que dificultaban el acceso a la puerta de ingreso Y el timbre debía mudarse a veces varios metros para volver a quedar al alcance de cualquiera que quisiese tocarlo. Es decir que los timbres podrían ser indicadores de factores socioeconómicos que impactan en la sociedad, así como también un cambio en la tecnología, incluso en el estado general de Salud Mental de la población…
De la curiosidad al libro
– En algún momento comencé a compartir las fotos en redes sociales y me di cuenta de que podían adaptarse al formato libro. Más bien de fotolibro, y busqué una editorial independiente pequeña que aceptara el desafío de trabajar conmigo para darle forma a este hermoso proyecto. Más que investigación fue un proceso de reflexión y recopilación, fue a descubrir el mundo mirando lo desde estos pequeños detalles Y tratar de entenderlo de lo que parece intrascendente. De hecho en el libro se decidió no incluir ningún texto salvo la presentación y la solapa como Introducción a las fotos y buscar generar el mismo tipo de impacto que había tenido yo a través del libro. De descubrir que algunos detalles son indicadores de algo mucho más grande detrás. Y que si bien puede ser divertido y gracioso hay un cambio social, que se deja ver y traslucir en los timbres.
Cuando la gente lo ve y piensa, es de esperar que se produzca algún tipo de insight que hace que luego los timbres y sus instrucciones le llamen la atención.
Del libro a las redes
Las fotos que recuperé para el libro son todas mías más por un tema de derecho de autor ya que recibí colaboraciones y contribuciones en Facebook.
Al principio era en mi Facebook personal y luego habilité una página para presentar el libro que migró a Instagram o se complementó con Instagram, donde encontré muchas imágenes de timbres golpeadores y campanas en una comunidad que si bien es pequeña se mueve mucho. Cada vez que viajo salgo a caminar o que algunos seguidores viajan o encuentran fotos de timbre las van mandando y las vamos publicando. Por allá por 2011 cuando buscaba cómo imprimir un fotolibro y evaluando costos, calidad y formatos se abrió una posibilidad de hacer una edición Premium o incluso darles un formato de imanes de heladera… pero en realidad nunca pasó de ser más que un Hobby y un aporte desde recorrer lugares a pie y disfrutar de las sorpresas que deparan los propietarios de los timbres con sus instrucciones. Al momento de lanzar el libro Con esta pequeña editorial la tía producciones contraté a alguien que hiciera prensa para el lanzamiento del libro y en los medios locales tuvo gran repercusión, múltiples medios se hicieron eco de la idea y de la presentación del libro.
Se hizo en el buen pastor y pasamos un video y conversamos sobre el tema con gente especializada en medios y si bien fue una presentación pequeña fue muy emocionante y divertida, había incluso un timbre de cola que era un pequeño piano construido de madera con teclas de timbres que al tocarla sonaban distintos timbres. Al terminar la presentación la persona que hacía prensa que estaba bastante sorprendida y satisfecha con el resultado de su tarea y de la convocatoria me dijo prepárate porque esto se pasa son 15 minutos de fama y termina. Y después de todo el esfuerzo que había implicado presentar el libro y hacer prensa el trabajo previo para editarlo yo ya quería que termine.
Y por eso por ahora la continuidad en redes interactuando con otras comunidades y recibiendo colaboraciones además de seguir publicando los que yo encuentro mantiene vivo el proyecto en este nuevo formato
El “fenómeno” de timbres y campanas en Mendiolaza

«Mendiolaza no es una ciudad que necesite mucho del timbre». Mirar los timbres desde Mendiolaza
– Acá los timbres y las campanas aún son bastante nuevos… Incluso el número de la altura de la calle es algo que se volvió necesario a partir de la pandemia, ante el incremento de las compras por correo. Hay algunas campanas muy bonitas, y algunos carteles se ven… pero no es una ciudad que necesite mucho del timbre… Por ahora se escucha cuando frena un auto en la puerta, o ladran los perros o aplauden. Las visitas son de los vecinos habituales o avisan antes si vienen desde Córdoba… es lejos para mandarse y que no estemos…
Y la masificación de los celulares y la naturalización de su uso hace que casi no usemos los timbres. En los barrios cerrados ocurre muy parecido, nadie ajeno al barrio llega a la puerta de una casa sin que los dueños sean consultados previamente desde la guardia. Veremos qué pasa en unos años… la inseguridad, el aumento de la densidad poblacional… a lo mejor algún edificio más grande o la división de terrenos entre los hijos de los propietarios originales, traigan cambios en los modos de avisar que estamos en la puerta…
Igual hay algunas curiosidades locales que podrían ser dignas de prestarles atención… desde las cisternas y sus modos de acceso para dejar el agua, los cestos de basura, los buzones… Ahora, al aumentar el tránsito y los negocios sobre la Av. Tissera, algunos frentistas buscan proteger su césped y vereda de tierra de los que estacionan subiendo dos ruedas del auto, con piedras, postes y otros recursos creativos, percibidos como «mala onda» por los conductores.
¿Se viene un segundo libro?
– Siempre está rondando la idea de una segunda edición, algo que incluya más a la comunidad que interactúa en redes, o hasta una versión de mejor calidad de impresión, más objeto que libro… pero hace 11 años ya que vivo en Mendiolaza y he enfocado más energía y tiempo en otros proyectos. En mi profesión de psicólogo he ido haciendo varias cosas, Secretario de Prensa en el colegio de Psicólogos, consejero en la facultad de psicología de la UNC, dos hijos entre otras cosas. Trabajo como psicoterapeuta desde el año 2000 aproximadamente, y como formador de terapeutas Gestalt. Mendiolaza fue una opción cuando unos amigos cercanos se mudaron, y aprovechando una época de créditos del Banco Provincia pudimos comprar un terreno y construir la casa. Nos enamoramos del verde, del silencio, del espacio para los chicos y del ritmo más tranquilo de las Sierras Chicas. Los pájaros y sus cantos, los árboles frutales y asados con amigos y familiares los fines de semana.
Se puede conocer más del autor en su fan page “Instrucciones para tocar el timbre” y también intercambiar experiencias. En tanto se puede acceder a otros títulos del autor, artículos, recursos y columnas de opinión a través de su sitio