Perros sueltos en Mendiolaza

Otra vez se escapó

Los grupos de WhatsApp se llenan a menudo con mensajes similares: “¿Alguien vio a mi perro?” o “Mi perro se escapó, ¿pueden ayudarme a buscarlo?”. Por otra parte, los perros sueltos en Mendiolaza destrozan las bolsas de basura, causan accidentes de tránsito, se pelean y lastiman a otros perros y ellos mismos resultan heridos. Ni la responsabilidad de los vecinos que refuerzan incansablemente los alambrados, ni las onerosas multas previstas, evitan que los perros se escapen y provoquen tanto roces entre los vecinos, como preocupación a sus familias. Por qué se escapan los perros y qué se puede hacer para evitarlo, son preguntas para la etología.

Por qué los perros se escapan

«El perro se va y en la parte de afuera la pasa bomba». Perros sueltos en Mendiolaza

Esta semana hubo un nuevo accidente provocado por perros sueltos en Mendiolaza. Un joven cayó de su moto cuando se le cruzó un pero sobre Av. Tissera. Esta vez no hubo consecuencias graves, pero otras veces sí. Otra vecina de B° El Talar pasó meses sin poder caminar por un accidente similar.

Por otra parte, las multas previstas por la municipalidad son altísimas. Por caninos sueltos pueden la sanción es equivalente a 55 litros de nafta súper y cada día en guarda suma otros 35 litros. 

Pero la lógica de evitar accidentes o multas, es ajena a los perros. Los perros se escapan.

Para abordar este fenómeno es necesario entender primero el comportamiento canino, porque aunque pueda parecer que los perros se escapan por pura curiosidad, existen diversas causas detrás de esa conducta. Especialistas en comportamiento animal han identificado varios factores que pueden explicar las fugas de los perros. Omar Eduardo Robotti, médico veterinario titular de la cátedra de Etología Clínica de la Universidad Católica, aclara que “es muy difícil corregir esa conducta de que el perro se escape, vagabundee, porque en realidad es un comportamiento que se auto-refuerza porque el perro se va y en la parte de afuera la pasa bomba. Corre motos, corre bicis, pelea con los perros, come basura, hace todo un poco”.

Algunos de los motivos que pueden llevar a esto son:

1. Instinto exploratorio: Los perros, especialmente los de razas con alta energía o aquellos con un fuerte instinto cazador, pueden sentirse atraídos por nuevos olores, sonidos o movimientos en el exterior. 
2. Ansiedad por separación: La ansiedad por separación es un problema común entre los perros que pasan largos períodos solos o sin la compañía adecuada. Esta ansiedad puede llevarlos a buscar una vía de escape, en un intento de «reunirse» con sus dueños. 
3. Cambios en el ambiente: Mudanzas, visitas frecuentes de desconocidos o la llegada de una nueva mascota pueden alterar el equilibrio emocional de un perro, impulsándolo a escapar como una respuesta de estrés. Este comportamiento suele observarse en perros con antecedentes de vida callejera o en aquellos que han sido rescatados de situaciones difíciles, quienes aún están en proceso de adaptación a un entorno seguro y estable.

Robotti explica “Hay cuestiones de instinto, cuestiones que se auto-refuerzan, como esto de cazar moto, cazar bici. Pero también se refuerza con lo que hace la persona en la moto, la persona en la bici. Si le tira una piedra, si le tira una patada, si acelera la moto, si se para, se detiene. Hablamos de relaciones y de comunicaciones, no depende solamente de un individuo, sino que depende de lo que manifiesta ese individuo y la respuesta del otro». Así, si la respuesta del otro refuerza la idea de «cazar», cuando vea una moto que pasa, va a ir a la captura de esa presa que se le está yendo.

«Hay cuestiones de territorialidad también. Un perro corre una moto, un auto, una persona, en un radio imaginario de su territorio – continúa Ribotti – Hay muchas cuestiones a valorar. No podemos decir: para tal cosa haga tal otra, porque el tratamiento es multifactorial. Incluso a veces en algunas conductas, por ejemplo si hay muchas ansiedades por separación, se necesita también medicación”.

Más que una conducta

«Para corregir una conducta hay que modificar todo en conjunto». Perros sueltos en Mendiolaza

A pesar de que las causas pueden ser múltiples, Robotti señala “eso se tiene que trabajar, se tiene que corregir. Tiene una salvación conductual por parte de un profesional y se trabaja, tanto con un adiestrador, como un veterinario o un etólogo. Se trabaja para que el animal no se escape, pero no es solamente una conducta. Cuando un animal se escapa hay que ver y valorar si no hay que modificar alguna otra conducta en cuanto al trato domiciliario del animal y la relación humano-animal. Hay que ver si no hay que modificar también esa parte. Porque a veces la gente quiere modificar una cosa como esta, quiero modificar que el perro no se me escape solamente. Pero todo lo otro, de la interacción con el perro, hay muchas cosas para corregir y hay que modificar todo en conjunto. No es que vayamos a un perro a sacarle una ficha y se la cambiamos por otra. No es un auto que le vamos a cambiar un fusible que no anda por otro fusible que anda.”

Educación y la responsabilidad compartida

Evitar que un perro se escape es una de las facetas de la tenencia responsable. Es una acción individual que se enmarca en una política de la comunidad.

 Sobre cómo abordarlo individualmente, Robotti invita a la reflexión “una de las cosas más importantes es que respeten al animal por lo que es. Yo creo que decir que el animal es animal no es faltarle al respeto ni ser un desaprensivo. Es un ser vivo que merece respeto, y ese respeto se trata de tratarlo como lo que es, un perro, un gato. No tratarlo como un hijo, por ejemplo, no sobreprotegerlo. Porque el animal necesita ser protegido, en la salud, de hacer un paseo adecuado, correcto, con una contención, o sea, con un collar, una pechera, con una correa. Hacer juegos adecuados, darle una alimentación, darle salud y darle una educación correcta. Eso es querer al animal. No es que lo voy a tratar como un hijo y lo voy a sobreproteger. Porque la gente tiene que entender que el animal también se enferma de la cabeza, no solamente de lo físico. Ante cualquier duda tienen que consultar al médico veterinario, para saber qué hacer en esos casos y el médico veterinario sabrá dónde derivarlo, con quién derivarlo, y cómo proceder.”

Respecto a las políticas que deberían llevarse adelante, aunque existen ordenanzas que colaborarían a la prevención de la problemárica animal, son en su mayoría, letra muerta.

La Ordenanza 713, sancionada en 2016 y todavía vigente, disponía realizar un relevamiento que incluyese el número de canes existentes en la ciudad, el nivel de cuidado provisto por los tenedores, y las necesarias medidas a tomarse desde las organizaciones públicas y civiles».  Los pasos siguientes serían realizar una campaña de concientización de tenencia responsable, e implementar un programa de castraciones gratuitas.

Esta ordenanza preveía el trabajo conjunto del municipio con la Asociación Civil Sayana y la agrupación Callejeritos, y el aporte del gobierno de la Nación y la Universidad Católica. 

En 2021 se sancionó otra ordenanza que creaba en el municipio el Área de Bienestar Animal, bajo la órbita de Seguridad Ciudadana. Esta área incluía las acciones de tenencia responsable y sumaba las campañas de vacunación antirrábica. Esta nueva ordenanza excluía a las agrupaciones civiles, al Gobierno y a la Universidad. En su reemplazo, preveía el convenio con veterinarias locales tanto para las castraciones como para la vacunación.

El último año que se realizó la campaña de vacunación en nuestra ciudad fue 2022. Nunca se difundió la posibilidad de castraciones gratuitas, ni se informó  públicamente sobre las realizadas. Tras el cambio de autoridades en diciembre de 2023, el Área de Bienestar Animal quedó incluída en la Dirección de Ambiente, dependiente de la Secretaría de Obras y Servicios Públicos.