Cuando la ordenanza es pólvora mojada
Aunque nuestra ciudad cuenta con una ordenanza que prohíbe la tenencia, comercialización y uso de pirotecnia, cada año algunas personas hacen caso omiso de la misma y utilizan elementos como petardos, bengalas y muchos más, que además de generar luces, producen sonidos fuertes. Ante el incumplimiento de la Pirotecnia Cero en Mendiolaza, no sólo las personas se ven perjudicadas, sino también perros y gatos que siendo más sensibles a los sonidos fuertes, sufren de estrés y angustia. Por esa razón, la médica veterinaria Maria Ana Carricaburu brindó consejos para ayudarlos a transitar ese momento.
Una ordenanza difícil de poner en práctica
Desde el 2016, la ciudad está regulada por la ordenanza de Pirotecnia Cero, que busca preservar la tranquilidad, la salud, la seguridad y el bienestar de las personas y el cuidado de los animales, del medio ambiente y de los bienes públicos y privados.
Esta normativa surgió ante la necesidad de cuidar a la población y su fauna del impacto socio ambiental negativo que producen las explosiones o estallidos propios que produce la pirotecnia. Aun así, cada año siempre algún vecino, ignorando esta normativa vigente y sus razones, decide hacer uso de la pirotecnia, provocando malestar entre la comunidad.
Según Cristian Cerri, de Seguridad Ciudadana, el año pasado recibieron muchas denuncias durante las fiestas por el uso de pirotecnia, entre otros problemas como música fuerte o disturbios entre personas.
De acuerdo a la ordenanza, por transporte, tenencia, fabricación, comercialización, depósito y venta al público, mayorista o minorista, de cualquier tipo de productos de pirotecnia, sean o no de venta libre y/o fabricación autorizada, se aplicará una multa del valor de 50 Lts de nafta súper. Por cada reincidencia, el valor será de 100 Lts de nafta súper.
Por ejemplo, y tomando como referencia el último valor actualizado en noviembre de $1.167, una primera multa sería de $58.350, mientras que para cada reincidencia sería de $116.700.
Por otro lado, el uso de todo tipo de artefacto de pirotecnia, tanto en actividades particulares como comerciales en espacios públicos o privados, la multa será del valor de 100 Lts de nafta super; y cada reincidencia el valor de 150 Lts de nafta super. Por lo que la persona tendría que pagar una multa de $116.700 por usar pirotecnia y $175.050 por la reincidencia.
Aun así, Cerri explicó que las multas por el uso de pirotecnia sólo pueden realizarse si ellos como autoridad pueden constatar que efectivamente un vecino está haciendo uso de la misma, lo cual es muy difícil ya que por lo general cuando llegan al hogar, las personas no la siguen utilizando. Por lo tanto, ante el llamado o denuncia por su uso, ellos se acercan al domicilio, dan aviso a la persona y en un principio le dejan un acta de visita.
Por lo pronto, Cerri adelantó que realizarán una campaña de concientización sobre los peligros del uso de pirotecnia.
Consejos para ayudar a nuestras mascotas
Además de afectar a niños, adultos mayores y personas dentro del espectro autista, la pirotecnia causa mucho estrés en las mascotas, quienes son más sensibles a los sonidos y que además no entienden qué está sucediendo.
Algunos perros y gatos pueden sufrir temblores, taquicardia y aturdimiento, llevando a que se desorienten, lastimen o se pierdan. Por esa razón, la médica veterinaria Maria Ana Carricaburu (MP 2282) de Veterinaria Catu, recomendó que para perros que se asustan mucho con la pirotecnia, lo mejor es encerrarlos en lugares de los que no se puedan escapar y en los que no puedan romper vidrios o lastimarse.
Asimismo, sugirió ponerles música ambiental para que el animal esté más aislado de lo que sucede fuera y sufra lo menos posible. Por otro lado, advirtió que las gotas tranquilizadoras ya no se utilizan más, ya que su duración es muy larga, generan hipotensión, hipotermia y aumentan el bazo. “Están contraindicadas”, aseguró.
Por último, siempre por precaución es recomendable que la mascota tenga una chapa identificatoria con su nombre y teléfono de contacto de sus responsables, para que en caso de que se escape y se pierda, se pueda dar con su paradero.