Carlos Presman propone ciencia y arte para pensar el cuerpo
Presman trae Anatomía a Mendiolaza
El libro Cuadernos de Anatomía de Carlos Alonso une la mirada del artista plástico radicado en Unquillo con el ojo clínico de Carlos Presman. Se presentará el 2 de junio en Mendiolaza.
«Este libro es una aventura creativa que pretende algo nuevo, distinto; algo que va a estar más allá de nosotros, una obra libre que hará su propio camino. Ni literatura, ni pintura. Una conjunción de fruto incierto, como la mixtura de genes y gametos.”, sostiene Carlos Presman en la introducción de “Cuadernos de Anatomía de Carlos Alonso”.
El libro de Carlos Alonso busca acompañar la lectura del cuerpo con pacientes que cuentan su historia en el consultorio, desde una perspectiva de biografía y sociedad. Transmitiendo belleza y compromiso, también reflexiona sobre lo heredado del cuerpo, entre otras cosas.
Carlos Presman llegará a Mendiolaza para presentar Cuadernos de Anatomía de Carlos Alonso el viernes 2 de junio. El evento es organizado por la Biblioteca Popular Sayana y su Club de Adultos Mayores.
Será a las 19:00, en Multiespacio Pina, Av. Tissera 3250. Además de la disertación de Presman se podrá disfrutar de la música de Tania Beguán y Diego Dotto.
La actividad, que será con entrada libre y gratuita, se enmarca en el Mes del Cuidado de los Adultos Mayores.
En diálogo con Demendiolaza, Carlos Presman reflexionó sobre la complejidad e historia del trabajo realizado por ambos.
El cuerpo como testimonio
Presman trae Anatomía a Mendiolaza
«El libro es una intención de dejar un testimonio en palabras y en obras de arte de Carlos Alonso de el cuerpo de un tiempo histórico, cómo leemos el cuerpo con los ojos de la ciencia y cómo interpreta esos cuerpos el arte en la mano de Carlos Alonso. Ese es un poco el sentido más pretencioso y universal al que aspira el libro.
Surgió como un encuentro a partir del libro de John Berger, Los cuadernos de Bento, y tratar de maridar o acompañar la lectura del cuerpo que hace Carlos Alonso con los pacientes que cuentan su historia de vida en el marco de la intimidad del consultorio. Y hay ahí sí una lectura o una interpretación o una mirada de el cuerpo situado, digamos. No la biología del cuerpo, sino la biografía y la historia que acompaña a ese cuerpo que también es un cuerpo social, digamos, es consecuencia de nuestra vida en sociedad. Pero el libro en sí mismo, quizás desde la perspectiva de Carlos Alonso, creo que es transmitir belleza y compromiso. Y Desde lo personal, en los textos, tratar de reflexionar sobre qué hacemos con lo heredado del cuerpo».
Mirarse y mirar
«El libro es como un híbrido entre lo que sería un objeto de arte, que son los cuadros del maestro Alonso, y un texto más cercano al ensayo o al testimonio que a la literatura, digamos. Y los textos van como jugando o interactuando con las pinturas de Alonso. No tiene un público definido, más allá de que uno trabaje fundamentalmente con adultos mayores.
Es un texto que invita a mirar, a mirar las letras y a mirar las obras y a poder movilizar en el valor que tiene en su expresión el cuerpo. Y quizás, así como uno aprendió a mirar obras de arte, se aleja a veces del cuadro para poder entenderlo, para poder interpretarlo, también en la medicina nos tenemos que alejar a veces de la mirada del cuerpo y pensarlo en la familia, en la sociedad donde se desenvuelve. O sea, tomar distancia, incluso el lector, para poder mirarse y mirar los otros cuerpos y tratando de respetarnos en la diversidad».
El cuerpo como un todo
Presman trae Anatomía a Mendiolaza
«El libro se llama Cuadernos de Anatomía y comienza fraccionando el cuerpo, o sea, con la excusa de ir órgano por órgano, que así fue como fuimos trabajando el libro juntos. Entonces, primero ojo, nariz, boca, tórax, abdomen, y después un capítulo que se llama de cuerpo entero. El cuerpo es un todo y no solamente un todo sino también que es un cuerpo social, pero cada una de las partes también es totalizadora. Muchas veces lo que escuchamos, lo que vemos, lo que respiramos, lo que latimos, lo que digerimos, lo que nos movemos, implica todo el cuerpo.
Es muchas veces un error de la medicina, quizás, la especialización, la fragmentación, y creo que esta idea de juntar el arte de Alonso con algunos textos es tener una mirada contraria a esa, digamos, que toda parte forma parte de un todo, valga la redundancia. O sea, es imposible pensar la anatomía humana fuera de la anatomía social, si cabe la metáfora.»
El arte detrás de la ciencia y la ciencia en el arte
«Sin duda hay una mirada y una investigación fundamentada en la ciencia, en el método científico, pero hay una creatividad y un pensamiento diagnóstico que sin duda requiere de creatividad. Y así como decimos que hay un arte de curar, digamos, que la medicina no puede circunscribirse a datos, a información, a imágenes, sino que tenemos que escuchar la profundidad del lenguaje y lo que las palabras nos dicen de los síntomas, no solamente la anatomía, sino la biografía de ese paciente y el medio ambiente donde nos desarrollamos y crecemos, no solamente de la naturaleza sino también y fundamentalmente de la sociedad.
El cuerpo heredado es como un material, una arcilla que se modela con la convivencia y que nosotros construimos de manera escultural nuestro propio cuerpo como un emblema, como un símbolo, como una carta de presentación o como una manifestación política inclusive. Entonces esa es la anatomía de Alonso, digamos, un manifiesto, un testimonio, un manifiesto puesto en el cuerpo. Entonces, así como decimos que hay un arte de curar, yo creo que lo que logra el artista es el curar del arte, digamos, como la pintura, la escultura, la literatura, la música, nos permite expresarnos y con ese lenguaje conllevar una terapéutica, un alivio, un bálsamo o un goce de la belleza de la creación. Por eso, así como hay un arte de curar, también hay y un curar del arte».