Terapia con caballos en Mendiolaza

Sanar a través del vínculo con un animal 

Terapia con caballos en Mendiolaza. Foto: Facebook El Jaguel.

Aunque en nuestra localidad los caballos se encuentran presentes en nuestra cultura a través de agrupaciones gauchas (ver más) y actividades deportivas como equitación y polo; estos animales también tienen un rol fundamental en la equinoterapia que utiliza al caballo como soporte terapéutico para enfermedades físicas y psíquicas. Jorge Mira, más conocido como “El Paisa” se especializa en esta terapia desde hace años, y por mucho tiempo tuvo su centro en Mendiolaza, El Jaguel, en el que recibía a pacientes de toda la región. “El caballo permite la libertad de expresarse, de poderse conectar”, expresó al respecto. 

La fuerza de la conexión

Para entender la importancia del caballo en esta terapia,  Paisa se remonta a los comienzos de la equinoterapia. Si bien siempre se supo la importancia del vínculo entre un caballo y una persona,recien en 1953 comenzó la observación científica. Algunas de los detalles que se descubrieron fue que el patrón de locomoción de los caballos, es decir su forma de caminar, era idéntica a la del ser humano, y que la temperatura corporal de estos animales eran unos 2 ó 3 grados más que la nuestra. “Cuando se aplica esta situación a una persona con parálisis, se produce una relajación bastante importante para que el músculo pueda distenderse y trabajar en mejores condiciones”, explicó Paisa. Además, estos animales generan una vibración que ayuda a relajar a la persona. 

“El caballo es un generador de movimiento para aquellas personas que quedaron con una parálisis”, explicó. Cuando trabaja con un paciente con ese diagnostico, Paisa se sube arriba del caballo junto a la persona que tiene dificultades motrices y le ayuda a generar movimientos: “ El caballo empieza a caminar y genera ese movimiento tridimensional: hacia los costados, adelante y atrás, y hacia arriba y abajo. Esto genera una relajación por estimulación”, explicó. 

Sin embargo, los beneficios de la equinoterapia no se agotan en mejoras físicas, sino que además tiene un componente psicológico relacionado con el aumento del autoestima. “El caballo cuando lo montas te tira hacia adelante en el movimiento, eso se refleja a nivel psicológico en una cuestión de confianza”, dijo Paisa. Además, cuando se está arriba del caballo, los sentidos están completamente conectados a esa situación. Por ejemplo, Paisa comentó que sus pacientes con autismo generan un vínculo muy fuerte con los caballos. Asimismo, por ejemplo para las personas en silla de ruedas, el hecho de estar a mayor altura de la usual, genera un cambio en su perspectiva y aumenta la confianza. 

Jorge explicó que cada paciente es diferente y va por distintas razones. Mientras algunos necesitan estimulación, otros necesitan relajarse. Para cada caso, con la equinoterapia se puede lograr lo que necesitan. “El caballo permite la libertad de expresarse, de poderse conectar”. 

Aunque Paisa expresó que cualquier persona puede realizar equinoterapia, no todos los caballos son aptos para estos tratamientos. Por empezar el caballo debe tener una contextura robusta, que no sea tan huesuda, sino daña el cuerpo de los niños. Vale resaltar que para esta terapia, el caballo no lleva montura por lo general, sino una manta. De esa manera, se hace mas próxima la conexión con el animal. Además, el caballo no debe tener mucha altura. Por otro lado, debe tener un carácter apacible. 

Una larga trayectoria

Foto: Facebook El Jaguel. 

Paisa recuerda que hace 10 años aproximadamente, cuando tenía su centro en Mendiolaza, una profesora de educación física solía llevar todos los sábados a 15 chicos con distintas discapacidades. “En ese momento salíamos por el pueblo con todos estos chicos, y ellos eran felices porque podían salir- relató Paisa, recordando esos paseos en caballo-  Hacíamos una vuelta de 6, 7 cuadras”. 

Hasta el 2015 tuvo su Club Hípico en Mendiolaza, y luego estuvo por un tiempo en el Club 4 Hojas. En la actualidad, El Jaguel se encuentra camino al Pan de Azúcar en Villa Allende. “El lugar nos permite trabajar con mayor libertad”, comentó, ya que se encuentra rodeado de naturaleza y tranquilidad.

Para la equinoterapia cuenta con 4 caballos, y otros 10 para las actividades de equitación. Mantener a todos estos animales demanda muchos gastos económicos y energéticos. Además, la equinoterapia requiere al menos dos personas: una de ellas arriba del caballo junto al niño, o a su lado sosteniendolo, mientras otra persona guía al caballo.  

Por esa razón, para poder llevar adelante las actividades Paisa trabaja con voluntarios. “Tuve más de 200 voluntarios de distintas partes del mundo; sino hubiera sido por ellos hubiera hecho menos de la mitad de lo que hice a lo largo de mi trayectoria”, resaltó. 

A lo largo de su carrera, Paisa ha tenido distintos pacientes: desde personas con dificultades motrices; personas con autismo; depresión; o incluso que han perdido la movilidad de su cuerpo. «La mayor alegría es cuando ves que aquellos niños que acompañaste se comienzan a manejar con mayor autonomía- expresó Paisa- Que lo poquito que puedas hacer lo hagas vos solo, creo que no tiene precio”. 

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