Vacunación antirrábica en Mendiolaza

Un pedido de los vecinos y de los veterinarios

La campaña de vacunación antirrábica en Mendiolaza es una obligación legal y una necesidad sanitaria. Sin embargo, desde septiembre de 2022 no se ha vuelto a implementar, a pesar de que la ordenanza local sobre bienestar animal —sancionada en 2021 y actualizada en diciembre de 2023— establece que debe realizarse anualmente. La médica veterinaria María Ana Carricaburu, titular de la veterinaria Catú, brindó detalles sobre cómo debería organizarse esta campaña y qué acciones tomaron los profesionales del sector frente a su interrupción.

Una campaña gratuita, pública y obligatoria

Según explicó Carricaburu, en el programa Mañanitas de Mendiolaza por la 102.7 FM Demendiolaza, las campañas de vacunación antirrábica deben ser organizadas por el municipio, ya que son gratuitas, públicas y obligatorias. Si bien en años anteriores se realizaban en plazas, esa modalidad generaba complicaciones tanto logísticas como de seguridad. Durante la pandemia, una ordenanza municipal reformó el sistema: en lugar de concentrar a los animales en espacios públicos, la campaña se descentralizó a través de las veterinarias privadas de cada barrio.

En ese nuevo esquema, seis veterinarias locales colaboraban con el municipio, dividiéndose por zonas. Carricaburu, por ejemplo, se encargaba de los barrios Q2 y Valle del Sol; otras veterinarias cubrían el centro, Lomas y El Talar, entre otros sectores. Esta metodología permitía una distribución más ordenada de la vacunación, evitando aglomeraciones y riesgos.

Además, los profesionales contaban con planillas detalladas —elaboradas en conjunto con el área de bienestar animal— que incluían la cantidad de perros y gatos por barrio, lo cual facilitaba la gestión de las vacunas multidosis. Estas dosis deben utilizarse completamente una vez abiertas, por lo que la planificación precisa era clave. “Nosotros ya sabíamos cuántos animales había, cuántos no, pero se necesita sí o sí el permiso del municipio para que se realice esta vacunación”, aclaró Carricaburu.

La inacción municipal y la respuesta de los veterinarios

A pesar del marco normativo vigente, la última campaña de vacunación se realizó en septiembre de 2022. Desde entonces, no se ha convocado a los veterinarios para repetirla, a pesar de la disposición manifiesta de estos profesionales para colaborar.

Carricaburu relató que el 8 de junio de 2023, tras la asunción del nuevo gobierno municipal, los veterinarios entregaron una carta firmada en la que ofrecían nuevamente sus servicios y recordaban que contaban con las planillas, la experiencia y el contacto directo con el Ministerio de Salud de Córdoba, organismo que provee las vacunas. Sin embargo, la única respuesta recibida fue que “ya nos iban a contestar”, algo que nunca sucedió. Desde entonces, no se volvió a insistir. “Nosotros lo hicimos una vez, nos quedamos a disposición. La respuesta fue: ‘Nosotros nos encargamos’. Listo, ya está. No lo realizamos más”, explicó la profesional.

Mientras tanto, la vacunación se ha sostenido parcialmente gracias a los vecinos que, preocupados por la salud de sus mascotas, han optado por pagar la vacuna en forma particular. “La gente que lo puede abonar, lo hace”, comentó Carricaburu. No obstante, remarcó que esta alternativa privada no reemplaza la obligación del Estado: “Esto debería ser salud pública”.

La responsabilidad final, en caso de aparición de un brote de rabia, recaería en los dueños de los animales. Sin embargo, sin una campaña organizada desde el municipio, gran parte de la población queda expuesta por falta de acceso gratuito a esta vacunación obligatoria.

Hoy, el área de Bienestar Animal depende de la Dirección de Ambiente, dentro de la Secretaría de Infraestructura, Obras y Servicios Públicos. Y aunque su existencia está garantizada por ordenanza, la implementación efectiva de sus funciones —como la vacunación antirrábica— sigue pendiente.