Literatura para personas de visión reducida
Para quienes aman la literatura pero no pueden disfrutarla con sus propios ojos, Fabiana Marconi impulsa Somos Voces Amigas desde Mendiolaza. Se trata de una página web en la que se suben grabaciones de relatos o poesías para que, de manera gratuita, personas con visión reducida puedan escucharlos. Funciona con el trabajo de voluntarios de Latinoamérica y España, quienes les dan voz a los distintos textos y de escritores que interpretan sus propios textos.
La voz de tus ojos
Fabiana Marconi, vecina de B° Cuatro Hojas, comenzó este proyecto hacia fines de 2021. “Yo seguía una página en Facebook llamada El Cementerio de los Libros Olvidados, manejada por dos españoles, Fran Díaz y otra chica más. En un chat, uno de los miembros comentó que quería saber cómo hacer para que su papá, que no puede leer, pudiera disfrutar de libros sin tener que comprar audiolibros, que son muy caros. Así surgió la idea de compartir narraciones», relata.
Así, Fabiana le propuso a Díaz que sumara las narraciones para personas mayores y no videntes. “La idea le encantó y en menos de un mes ya teníamos la página en marcha”, explica. A través de voluntarios, comenzaron a ofrecer narraciones. Por cuestiones de salud, Díaz ya no podía hacerse cargo del proyecto y como le encantaba y le parecía muy útil, Marconi decidió continuarlo.
En un par de años Somos Voces Amigas sumó alrededor de 2.000 grabaciones y, además de la página, mantiene su podcast en Spotify.
“Los voluntarios me mandan grabaciones de relatos, fragmentos, artículos periodísticos, de todo. Yo los reviso, los etiqueto y los comparto poco a poco en la página y en el podcast», detalla.
La página contiene material muy diverso agrupado en categorías como Autoayuda, Ciencia Ficción, Cuentos, Poesía, o Terror. También cuenta con secciones específicas para niños y para jóvenes. En muchos casos los voluntarios leen textos de autores reconocidos. Pero en muchos otros son los mismos autores quienes graban fragmentos de su propias obras. Mónica Madrid y Ramón Recalde, de Córdoba (en foto de portada junto a Fabiania Marconi), Olivier Romero Caravante de Panamá, o Nauro Torres de Colombia, son algunos de ellos.
Si bien Somos Voces Amigas está pensado para todas las audiencias, se pone un énfasis particular en el trabajo con algunos sectores. «En Somos Voces Amigas, creemos en el poder de la palabra hablada para enriquecer las vidas de las personas mayores y de aquellos con discapacidad visual – aseguran – Te invitamos a explorar nuestra biblioteca de audios y unirte a nosotros en la promoción de la inclusión, la estimulación cognitiva y el entretenimiento en tu institución».
El objetivo se va cumpliendo. «Hemos tratado de llegar a geriátricos e instituciones psiquiátricas, incluso en España, y sabemos que la página es utilizada”, asegura Fabiana Marconi.
Por otra parte, gracias a la ayuda de una persona ciega en Panamá, han ido configurando la página para que sea totalmente accesible. «Nos hemos esforzado por simplificar la navegación para que el lector de pantalla pueda guiar al usuario a través de la página».
Un proyecto a puro pulmón y pasión
Desde la página, reciben relatos de gente de todas partes: Costa Rica, Panamá, Chile, Argentina, México, Venezuela, República Dominicana, España, Ecuador y Colombia. “»Nos manejamos totalmente online y actualmente somos alrededor de 40 voluntarios – comenta Fabiana – Hemos creado una comunidad solidaria sin fronteras»
«Para ser voluntario, solo necesitas amor por la lectura. No requerimos experiencia en locución, y algunos de nuestros voluntarios han descubierto su talento para narrar gracias a este proyecto y ahora son locutores”, resalta con orgullo.
Además, detalla que valoran mucho “los audios caseros, donde se sienten los sonidos del hogar, porque hacen que los oyentes se sientan acompañados».
En cuanto a la demanda, los textos más solicitados son cuentos cortos, románticos, leyendas y poesía. “Evitamos temas políticos y religiosos para mantener la neutralidad”, aclaró. La duración ideal de los audios es de 15 a 20 minutos, y para textos largos pedimos que se dividan en partes.»
Finalmente, Marconi aclara que el proyecto no recibe donaciones y se mantiene gracias al trabajo voluntario. “Me gustaría que en el futuro pudiéramos llegar a más personas y saber con certeza que estamos alcanzando a quienes más lo necesitan», expresó.