A todo el país, con hierbas de acá
En un rincón de barrio El Talar, un pequeño emprendimiento familiar está llevando adelante una tarea especial: envasar yerba mate saborizada, una actividad que conecta esta localidad con una cooperativa en Paraguay, país de gran tradición yerbatera. “Aroma de campo” se llama este emprendimiento, único en su tipo en la zona, combina innovación, solidaridad y un profundo respeto por la cultura yerbatera para crear un producto que se destaca en el mercado nacional. Aquí también se diseñan los blend, con hierbas serranas o con algarrroba, que distribuye a todo el país esta yerba mate con sabor a Mendiolaza.
El 30 de noviembre es el Día Nacional del Mate. La elección de esta fecha se debe al nacimiento de Andrés Guacurari y Artigas quien fue un caudillo guaraní y el único gobernador indígena de la historia nacional. Fue designado por José Gervasio Artigas como comandante General de Misiones entre 1815-1819 y fue el encargado de fomentar la producción y distribución de la yerba mate.
Blends innovadores

Burrito, poleo, melisa y menta pepireta, uno de los blend de Aroma de Campo. Yerba mate con sabor a Mendiolaza
El mercado de la yerba mate está dominado por la oferta tradicional, pero este emprendimiento ha decidido apostar por algo diferente: yerba saborizada. Sus combinaciones con hierbas aromáticas locales hasta mezclas por ejemplo con cacao, logran un producto que se presenta como una alternativa innovadora, y gourmet. El emprendimiento familiar, instalado en El Talar, se destaca por su apuesta a blends únicos que integran ingredientes naturales a la yerba mate que traen desde Paraguay. En este proceso se incorporan elementos distintivos como el cacao y hierbas características de la región serrana.
Desde un inicio, la intención fue ofrecer algo diferente a lo convencional: “Probamos con cacao, también con hierbas serranas, saborizadas”, destaca Lucas Vallero, fundador de “Aroma de Campo”. Estas combinaciones buscan realzar el disfrute del mate, atrayendo tanto a consumidores tradicionales como a quienes buscan nuevas experiencias de sabor.
Sobre el proceso, Vallero relata “Allá en Paraguay en realidad no blendiábamos. Allá directamente se envasaba la yerba barbacoa, que es el sistema tradicional de yerba, esa yerba sabor ahumada. En la época de la pandemia, no venía de Paraguay, sino de Misiones, de un yerbatal de unos amigos porque estaban cerradas las importaciones. Ahí tuvimos que empezar a usar la imaginación. Porque la ley de envasado en origen no nos permite envasar yerba mate fuera de lo que sea Misiones y norte de corrientes. Son los dos únicos lugares donde pueden envasar yerba mate pura. De Paraguay traemos la materia prima, y acá la blendiamos. Yo soy sommelier de yerba mate. Fuimos con mi hermano, viajamos a Traslasierra, pasando Cura Brochero. Ahí es donde empezamos a hablar con los productores de burrito, poleo, menta, melisa. Productores de hierbas tradicionales de acá de la provincia de Córdoba. Y ahí es donde nace nuestro primer blend, que nos llevó seis meses hacerlo, que es el famoso “Sabor serrano». Es una yerba mate que está hecha como dice la normativa del Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM), que es 70% de yerba mate y 30% de hierbas serranas. En este caso, nosotros lo mezclamos con burrito, poleo, melisa y menta pepireta. Ahí es donde nace nuestro primer blend. A través de todo esto, en un viaje que tuve a República Dominicana, probé la cascarilla de cacao. Cuando volví de ese viaje, dije vamos a hacer esta mezcla. Fue toda una historia darle de alta ese blend. Porque no estaba dentro del código alimentario mezclada con yerba mate. Ahí hicieron todas las averiguaciones,y es donde nace la yerba con cascarilla de cacao que dice aromatizada. En realidad no está aromatizada, es con cascarilla de cacao, pero fue la forma en la que la pudieron aprobar. Cuando abrís el paquete, vas a ver la cascarilla de cacao, que viene proveniente de dos lugares, o de Perú o de República Dominicana.”
A pesar de la necesidad de innovar y experimentar, los responsables de este proyecto no se desvían de su enfoque en la calidad y la naturalidad del producto. Desde el envasado en su establecimiento hasta la selección de cada componente, el proceso refleja una filosofía de cuidado y respeto por la materia prima. “Nosotros estamos desde la producción de la yerba mate. Cuando comienza la zafra (cosecha de los yerbales, que se realiza de manera manual y artesanal) viajamos a Paraguay. Somos argentinos, pero hay una historia larga con mis abuelos que quedaron cuando se compró tierra en aquel momento en Paraguay. Y esa tierra siempre se utilizó para la yerba mate”, remarca Vallero sobre la tradición familiar en el rubro.
La conexión entre culturas

Oñoirũ en Paraguay es Aroma de Campo en nuestro país. Yerba mate con sabor a Mendiolaza
La yerba que utilizan en “Aroma de campo” proviene directamente de una cooperativa en Paraguay, un país con una larga historia en la producción de esta planta. En esa cooperativa, familias enteras participan del proceso, desde el cultivo hasta la cosecha.
Se trata del emprendimiento Oñoirũ. Es un emprendimiento, de liderazgo campesino, con más de 20 años de trayectoria en el rubro de la elaboración de una yerba mate artesanal totalmente agroecológica, certificada nacional e internacionalmente bajo el mismo nombre como un producto orgánico, además de la producción de alimentos agrícolas y plantas medicinales, así como la conservación de los bosques nativos asociándolos a los cultivos, en diversidad.
Este emprendimiento está conformado por la Asociación de Agricultores Agroecológicos del Paraguay Oñoirũ, que actualmente cuenta con 134 familias nucleadas en comités en distintos distritos del Nordeste de ltapúa. Esta conexión entre dos regiones tan distintas resalta el carácter único del proyecto. La cooperativa paraguaya no sólo garantiza calidad, sino también condiciones laborales justas, algo que los emprendedores cordobeses valoran profundamente.
Este compromiso ético se refleja en cada etapa del proceso, desde la producción en Paraguay hasta el envasado en El Talar. Las familias campesinas en Paraguay son las encargadas de producir la materia prima orgánica. La cooperativa exportó para junio de 2023, 16.000 kilos de yerba mate canchada estacionada a Estados Unidos donde se consume como energizante. La yerba mate orgánica es producida por humildes familias de los distritos de Itapúa Poty, Tomás Romero Pereira, San Rafael del Paraná, Alto Verá y Edelira, principalmente de Edelira km 49, que se dedican íntegramente a la agricultura agroecológica. “La marca de la cooperativa allá es Oñoirú y la marca nuestra propia, en Argentina, es Aromas de Campo. Que ahora también estamos lanzando “Aroma de Campo Paraguay”, resalta Vallero.
El desafío de emprender en pandemia
La pandemia fue un punto de inflexión para miles de emprendimientos. En algunos casos significó un quiebre mientras que para otros fue un punto de partida. Este último caso es el de Aroma de Campo que surgió en ese contexto.
Sobre esto Vallero relata que ante el cierre de las importaciones, se encontraron en una encrucijada que los puso frente a la posibilidad de irse a vivir fuera del país. Anteriormente trabajaban bajo la marca de Paraguay Oñoirú, pero el cierre internacional que supuso la pandemia obligó a reinventarse.
“Gracias a unos colegas que son de Alem de Misiones, pudimos seguir el tema de la yerba mate en Argentina y ahí es donde nace Aroma de Campo acá” relata Vallero, y agrega “en la pandemia se cerró todo el comercio internacional, y surgieron dos ideas. Irnos a vivir a Estados Unidos, y la otra idea, que fue de mi señora, fue crear una marca propia de Argentina. Y así nace Aroma de Campo, que ella misma le da el nombre”.
Una visión de negocio

Sólo realizan distribución mayorista a comercios especializados. Yerba mate con sabor a Mendiolaza
El emprendimiento ha optado por no realizar ventas minoristas directas, enfocándose en cambio en la distribución a comercios especializados. «Nosotros vendemos en dos formatos. Estamos autorizados para vender en paquetes de 250 gramos, 500 gramos, 1 kilo, 10 kilos y 25 kilos. Obvio que 10 y 25 kilos son ventas a granel. Es para comercios que venden suelto. El único packaging que hacemos nosotros es el de 500 gramos”.
Sobre esta modalidad de venta del producto a granel, reflexiona “la yerba, si bien es un producto muy noble y que ha servido para matar el hambre más de una vez en la Argentina, hoy se ha vuelto un producto caro. Todo lo que antes era barato y matabas el hambre, hoy se ha vuelto caro. Antes, un puchero era para matar el hambre. Hoy el puchero es un lujo”. A pesar de esta realidad, remarca el espíritu del emprendimientos y sus valores “Lo bueno que tenemos es que dentro del establecimiento nosotros bregamos por ciertas cosas: apoyamos totalmente la agroecología. No estamos de acuerdo con los pesticidas. No estamos de acuerdo con el deterioro del ambiente. Por eso nuestro establecimiento siempre apunta a ser lo más auto y ecosustentable posible. Lamentablemente no se puede esquivar la bala de la tecnología. Pero dentro del proceso productivo de Aroma de Campo, como en Oñoirû, allá en Paraguay, se busca que no intervenga tanto la máquina, sino que tenga mucha participación del ser humano. Tanto allá como acá en Argentina, ambas marcas se envasan a mano, como se envasaba hace 60 años atrás» resalta, dejando en claro la cosmovisión que mantienen de su emprendimiento con relación al mundo que lo rodea.
Este emprendimiento no solo tiene un impacto económico, sino también cultural. Al conectar la tradición yerbatera paraguaya con la innovación en Córdoba, crea un puente entre dos mundos. Además, el proyecto fomenta valores como la sostenibilidad y el comercio justo. Al trabajar con una cooperativa que prioriza las condiciones laborales dignas, demuestran que es posible emprender con responsabilidad social.
“Todas las grandes corporaciones, tanto las de allá como las de acá, van y les compran a los pequeños productores la hoja verde unos $350. En algunos casos pagan mucho menos de lo que vale el precio, por eso es tan importante se regule el precio. Ahora según la nueva normativa está desregulado. Entonces ahora el precio lo negocias vos con el productor. Y el productor tiene que comer. No tiene muchas alternativas más que vender. Por eso hay que entender que hay mucho trabajo, y muchos sacrificios detrás de cada paquete de yerba”, concluye Vallero.
La tradición como guía
La mirada desde la cooperativa apuesta fuertemente al respeto por la tradición, por eso destaca el concepto de que es una yerba cosechada en luna menguante, de forma manual, para protección de las plantas. Durante el otoño, las semillas nativas germinan en el vivero, hasta ser trasplantadas en la chacra y el monte. Con el árbol maduro en invierno y según el ciclo lunar de fase menguante, llega el momento justo en que se cosechan sus hojas, dando un corte sano que renueva a la planta.
Vallero comenta que han realizado estudios que avalan que la fase lunar influye de manera directa en la planta, y cómo ésta se regenera de acuerdo al momento en que se realice la cosecha. “En luna menguante la savia de la planta se va a la raíz, y por eso se regenera mejor que si lo haces en otro momento, donde le cuesta más recuperarse”, señala. Esto apuntala una visión de respeto por la tierra y las plantas que dan de vivir a tantas familias. Vallero comenta que “una de las cosas que se hace antes de comenzar la cosecha, es una misa dando gracias por la cosecha y por lo que la tierra nos da. La tierra te da de comer y es real que la industria también, pero todo sale de la tierra en primer lugar”.
Planes para el futuro
El crecimiento del emprendimiento no se detiene. Actualmente, están explorando nuevas combinaciones de sabores y formas de expandir su red de distribución. El último lanzamiento es la yerba con algarroba, que se suma a los sabores con hierbas serranas, con cascarilla de cacao, tradicional, y con té verde, como parte de sus variedades.
A futuro en lo inmediato proyectan ampliar las fronteras mediante exportaciones, y continuar fortaleciéndose dentro del mercado interno ya que actualmente distribuyen a todo el país.
Por otro lado, Vallero desliza como un sueño futuro, aunque aún no sea algo concreto, el deseo de contar con un terreno y espacio de fraccionamiento propio, ya que actualmente se encuentran alquilando en Mendiolaza. Si bien Vallero vive en Córdoba, enfatiza su preferencia a la hora de instalar su emprendimiento en Mendiolaza “lo que busqué fue un lugar que fuera tranquilo. Donde pueda convivir con la ecología. Me encanta estar rodeado de árboles. Para mí es energía el árbol. Y también por seguridad. Yo acá más de una vez trabajo con las puertas abiertas, no tengo que estar encerrado con llaves y con rejas. Me gustó mucho Mendiolaza, su gente y la solidaridad que hay entre ellos”, concluye.
Excelente iniciativa!!…felicitaciones, nuestro mate , acompaña permanentemente a la mayoria Cordobesa, les dejo una moción, ya que se logra acá en Mendiolaza, que podamos acceder en algún negocio de la localidad, para probarla!…abrazo grande y exito